Pico, nuestro gato, nunca se enfada. Él hace que los enfados se esfumen. Aunque aveces me araña y cuando le apreto la panza hasta me muerde un poco, sé que él nunca se enfada. No puede enfadarse porque es muy suave. Él es lo primero que veo por las mañanas, la mayoría de las veces, desde que puedo recordar. También es Pico el primero que me recibe cuando regreso de la escuela. Y ahora es Pico al que lanzo por encima del sofá, luego de dar muchas vueltas en círculo y ver al mundo girar, con una única cosa fija, la cara de Pico mirándome de frente, con sus ojasos saltones y sus bigotitos alborotados. Pico se aferra al mundo que comienza a frenar, se prende con sus garras del hombro y la nuca de papá. Y finalmente Pico rebota en el piso, resbala sus cuatro patas con desespero y, como una de esas relampagueantes luces de año nuevo, sale disparado más allá de donde mi imaginación lo puede acompañar.
Ahora soy yo, helado, sudando y con la garganta conteniendo una inminente explosión, el que está quieto, parado detrás del mueble. Inmóvil, mientras papá se acomoda el cabello sin mucho éxito. Inmóvil como el mundo, que ya no da vueltas, mientras mamá, en un suspiro contenido, observa todo sin que yo lo note. Se que soy yo y sin embargo veo todo esto como si mis ojos estuvieran pegados a uno de los fluorescentes del techo.
Pico$^{(\color{blue}*)}$ Dibujo digital de $1440\times2560\;\text{pixels}$ (19/12/2020) |
El mundo avanza cada vez más lento y lo odio por eso. Veo cómo, poco a poco, la despeinada cabellera de papá se da vuelta y se convierte en su iracunda cara que empieza a dirigirse hacia mi. Pero su mirada se detiene por sobre mi cabeza; la ansiedad me destruye y yo ya no se el significado del tiempo. Vacío. Todo es oscuro y silencioso, ¿tanto se detuvo el tiempo?, ¿se adelantó para recuperar lo perdido? No se, pero ahora siento la voz de papá muy cerca, comienzo a ver de nuevo y distingo su chaqueta. Ahora él me abraza muy fuerte. Yo creo que, igual que en la tele, desactivó la bomba de mi garganta en el último segundo. Tengo la cara húmeda y papá me lleva sobre sus hombros al jardín, me cuenta una historia sobre las abejas, la miel y las flores, que no entiendo. Hay muchas cosas que no entiendo, pero nada importa cuando papá está contento y mamá nos mira sonriente desde la ventana. Lo único que de verdad sé es que Pico es muy bueno haciendo que los enfados se esfumen.
$(\color{blue}*)$ Hecho en GIMP 2.10.18.
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